Capítulo 2: Nivel Iglesia Local
3. APOLOGÍA DE LOS
ESTUDIOS BÍBLICOS SISTEMÁTICOS EN LA IGLESIA LOCAL
La Escuela Bíblica Local, en su proceso de estudios bíblicos
sistemáticos es de altísima relevancia en la vida y
desarrollo de la iglesia local. La EBL tiene seis
características evidentes:
3.1 Es enseñanza bíblica.
3.2 Es enseñanza Cristocéntrica.
3.3 Es enseñanza guiada por el Espíritu Santo.
3.4 Es enseñanza para todas las edades.
3.5 Es enseñanza contextualizada.
3.6 Es enseñanza centrada en el alumno.
Siete aspectos justifican los estudios bíblicos sistemáticos
en la Iglesia Local:
1. La enseñanza es un mandamiento. Es imposible para la
iglesia responder a la Gran Comisión si prescinde de la
enseñanza. (Mateo 28: 19-20; 1 Timoteo 4:13)
2. La enseñanza es un ministerio. Cristo mismo constituye
los ministerios y otorga dones a través del Espíritu Santo,
los que posibilitan a la Iglesia el cumplimiento de la
extensión del evangelio. (Efesios 4:11; 1 Timoteo 2:7; 3:2;
4:6; 5:17; 2 Timoteo 1:11; 2:24)
3. La enseñanza produce temor a Jehová. La Iglesia que está
atenta a la Palabra de Dios, enfocará su desarrollo en vivir
conforme a la voluntad de Dios. (Deuteronomio 31:12)
4. La enseñanza perpetúa la verdad. Es imposible que las
generaciones futuras sean influenciadas con la Palabra de
Dios si la Iglesia no asume el rol de comunicarla,
proclamarla y enseñarla “a tiempo y fuera de tiempo”
(Efesios 4.14-15; 1 Timoteo 4:16; Jueces 2:10; 2 Timoteo
2:2; Isaías 48:17-19)
5. La enseñanza de la Palabra de Dios perfecciona a los
Santos, lo que establece uno de los propósitos de los
ministerios constituidos por el Señor. (Efesios 4:12; 2
Timoteo 3:14-17)
6. La enseñanza prepara a los Santos para el ministerio. Si
bien Cristo constituye al ministro, éste debe ser equipado
para el ejercicio del ministerio, de tal modo que la
enseñanza se convierte en el vehículo esencial para la
capacitación, la formación y la instrucción del ministro.
(Tito 3:8,14; Efesios 4:12; 2 Timoteo 3:10-11; 14-17)
7. La enseñanza es esencial en la vida de la Iglesia. Los
creyentes recibieron el encargo de Jesús (Mateo 28:19-20),
fueron investidos de poder para asumir el mandamiento
(Hechos 2) y lo hicieron, generando un impacto evangelístico
y discipulador que se ha extendido hasta nuestros días.
(Hechos 5:42; 17:19)