Capítulo 2: Nivel Iglesia Local
1. CONTEXTO
HISTÓRICO
En el año 1781 vivía en Gloucester, Inglaterra, Roberto
Raikes. Él era un hombre cristiano que trabajaba como editor
en un diario y poseía una amplia cultura. Su anhelo era
servir a Dios y a su prójimo.
Por aquel entonces Inglaterra sufría convulsiones sociales,
económicas y políticas, ocasionadas por la confrontación con
las colonias y alrededor de 1776 ocurrió la independencia de
la colonia americana. En 1781, Inglaterra fue derrotada en
la batalla de Yorktown. Como consecuencia de las luchas se
generaron tales carencias que en los barrios pobres de la
ciudad de Gloucester se desató una ola de pillaje y de
vandalismo entre los niños.
Los ciudadanos le suplicaron ayuda al señor Raikes y Dios le
hizo comprender la verdadera condición moral y espiritual de
estos niños. Entonces se propuso, con la ayuda de Dios,
abrir una escuela donde no solamente se les enseñara a leer
y a escribir, sino principalmente la Palabra de Dios.
Algunas personas se burlaron de él y le demostraron su
oposición. Sin embargo después de encontrar una casa
adecuada abrió allí la primera Escuela Bíblica. Luego se
establecieron escuelas dominicales en todos los barrios
pobres de aquella ciudad. El resultado más importante fue la
salvación de las almas de una gran cantidad de niños.
Juan Wesley, quien era amigo de Raikes escribió: “Creo en
verdad que estas escuelas dominicales establecidas por
Raikes son las instituciones más nobles que han aparecido en
Europa por siglos. Se aumentarán más si los maestros y los
oficiales son fieles en sus deberes.”
En sólo cuatro años se establecieron escuelas dominicales,
con dos mil quinientos alumnos, y cuando murió Raikes en
1811, la asistencia se había incrementado a cuatrocientos
mil.
Por causas similares a las de Inglaterra, en 1790 nació la
“Sociedad de escuelas dominicales en América del Norte”.
En una de esas escuelas se convirtió la hija de Esteban
Paxson y por medio de ella Paxson conoció y recibió la
salvación. Luego él trabajó con este ministerio y organizó
mil trescientas catorce escuelas dominicales conformadas por
ochenta y tres mil cuatro cientos cinco personas entre
alumnos y maestros. En la actualidad el continente americano
es el que cuenta con mayor número de alumnos y maestros de
Escuela Dominical que cualquier otra parte del mundo.
Durante cuarenta años el movimiento moderno de escuelas
dominicales se organizó independientemente de la iglesia.
Era un esfuerzo de laicos, profundamente preocupados por
mejorar la condición moral y espiritual de los grupos
sociales que no asistían a la iglesia, y a pesar de su
resistencia en reconocerla como útil a la causa de Cristo,
las escuelas se multiplicaron y se extendieron rápidamente,
manteniendo su carácter interdenominacional e independiente.
Los beneficios y resultados del movimiento de escuelas
dominicales fueron tan grandes que, poco a poco, las
iglesias permitieron que se realizaran en sus propiedades.